Camino al aeropuerto La Guardia de New York, pensaba cómo iba a organizar el trabajo de los tres días siguientes en New Orleans, a donde me dirigía a cubrir la cuadragésima primera Reunión Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo – BID-. Eran las 5:00 am del miércoles 22 de marzo del año 2000.
Andrés Pastrana Arango era el presidente de Colombia, Juan
Camilo Restrepo su ministro de Hacienda y Crédito Público y Cesar Gaviria era
Secretario de la Organización de Estados Americanos – OEA-. El presidente del BID era el uruguayo de
origen español, Enrique Iglesias, quien para esa fecha tenía 12 años en esa
posición en el organismo internacional.
La agenda de los seminarios previos a la Asamblea Anual de
Gobernadores, giraba en torno a los flujos de capital (si se regresaba el
esquema de los 90 o si se le caminaba a los flujos directos de inversión
extranjera), reducción de la pobreza, estrategias para mejorar la
gobernabilidad en América Latina, aplicación de las nuevas tecnologías informáticas
al desarrollo social y económico de la región, entre otros temas.
En esos días andaba estresada, necesitaba mudarme de
vivienda en New York y tuve que armar el viaje a la carrera, así que lo de la
mudada quedó para cuando regresara de New Orleans.
Llegué al hotel antes de medio día, dejé la maleta en la
habitación y corrí a registrarme en la sede de la asamblea. Al primero que vi
fue a un colega mexicano, que me saludó con: “¿Y dónde dejaste a tu delegación
de la India?”. Ya habíamos compartido el
año anterior en la Asamblea Anual Conjunta del Fondo Monetario y Banco Mundial
en Washington y me la tenía “montada”* con el tema de mis rasgos indios.
Él y otros colegas me invitaron a dar un paseo por
Riverwalk (habían terminado su jornada laboral), pero les dije que tenía el tiempo justo para armar un informe para
el RADAR ECONÓMICO, así que me quedé en la sala de prensa (que era un bodegón
gigante) recopilando información y ubicando a alguien de la delegación
colombiana.
Al día siguiente me encontré con Pablo Gabriel Obregón y
Marciano Puche, de la Fundación Mario Santodomingo de Barranquilla y tuve la
oportunidad de hacer una cita con Guillermo Perry Rubio (QEPD), quien era
economista jefe para América Latina y el Caribe, del Banco Mundial. Con quien no pude conversar fue con José
Antonio Ocampo, ex ministro colombiano y quien en ese momento era el Secretario
Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina – CEPAL –
Ese segundo día sí saqué un ratico para conocer lo más
nombrado de New Orleans, aprovechando una invitación que nos hizo al BID a
todos los periodistas: Noche de jazz, cena con comida típica de cocina creole y
cajum y en la hermosa zona de Bourbon Street, que por sus calles y balcones, me
recuerda mucho a Cartagena (Ya sé que
Carlos Vives, dice que se parece a Barranquilla y de seguro es por el
Mardi Gras, su carnaval, y su ubicación a la orilla del río Mississippi, pero
ajá).
Fue una bonita experiencia profesional (por el cubrimiento periodístico) y personal (por todo lo nuevo que conocí y disfruté). Como dije en un post en Instagram: Este año, dos décadas después, vuelvo a tener la oportunidad de participar en una asamblea del BID, y en mi linda Barranquilla, una ciudad alegre, colorida, carnavalera y pegada al río, como New Orleans.
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