sábado, 27 de septiembre de 2014

Carlos Vives... siempre vale la pena esperarlo


Por uno me movilicé al Madison Square Garden, por el otro me moví hasta el cansancio. Ahora se presentarán juntos. Foto tomada de la página oficial de Gilberto Santa Rosa.

No recuerdo la fecha exacta, ni el año, pero creo que fue por allá por el 2004.

En la emisora La Mega de New York, empezaron a anunciar un gran concierto en el que iban a estar más de diez cantantes reconocidos, pero quien me movió el piso fue Gilberto Santa Rosa, el caballero de la salsa, porque nunca lo había visto en vivo.

Por esa época había estado pegada la canción Que alguien me diga. La escuchaba camino al trabajo y de regreso a casa, porque la programaban todos los días a las mismas horas.  Por esos días conducía el carro de una amiga a la que le daba miedo manejar y cuadrábamos para que yo la llevara a su trabajo y yo seguía mi rumbo.

Me aprendí la canción rápido y mientras conducía, la cantaba mejor que en el baño (je) y a todo pulmón… al fin y al cabo la bulla no le incomodaba a nadie.

Pues bien, era la oportunidad para ver a uno de mis cantantes favoritos y por fin entrar al Madison Square Garden a apreciar su imponencia. Decidí no decirle a nadie, comprar las boletas y después buscar acompañante.  La primera persona en quien pensé fue en mi primo Yudex, quien vivía en New Jersey, pero no podía.  Luego invité a un amigo barranquillero que vivía en Suffolk pero trabajaba a esa hora. Llamé a una amiga barranquillera, le dejé el mensaje y lo escuchó muy tarde (desde ese día ya revisa los mensajes de voz con más frecuencia).

Llegó el día del concierto y no tenía acompañante.  De pronto se me ocurrió preguntarle a mi jefa.  Awilda es dominicana y como decimos en Barranquilla, siempre está lista pa´las que sea. Me dijo que sí enseguida.

Mientras me cambiaba sintonicé la emisora y escuché cuando confirmaron que Gilberto Santa Rosa no estaría en el concierto.  No voy a decir lo que expresé en voz alta, porque fue muy grosero.  “!Es que por él compré las boletas!”… esta frase sí se puede escribir aquí.

Reconozco que me la pasé lamentando la ausencia de el caballero de la salsa. Ese día pasaron por el escenario Brenda K Starr, Monchy y Alexandra, Toño Rosario (que casi me desmayo cuando le vi el pelo amarillo y las trenzas), unos chicos que no recuerdo cómo se llamaban, pero sonaban mucho en esa estación de radio. Me sorprendí al darme cuenta que me sabía las canciones de la mayoría.

Y de pronto anunciaron a Víctor Manuelle y se armó el desorden: Bailé, canté, grité porras y como todas las que me rodeaban, hice una gran bulla cuando el hombre se quitó la chaqueta y dejó los brazotes al descubierto.

Ahí empezó una disfonía. “Uy, me tengo que cuidar” pensé y recordé aquellos nódulos en las cuerdas vocales que me asustaron en una época.

Para beneficio mío y mal suyo, entró al escenario el pobre de Elvis Crespo.  Y digo “pobre” porque después del agite que le precedió, la gente (me incluyo) estaba cansada de gritar, brincar y cantar las canciones de todos. Pocos se movían. ¡Dios, ese hombre no lograba llegarle al público!  Sentí mucho pesar y me levanté a aplaudir.  Una boricua que estaba al lado me miró como diciendo: “No me mires, que yo no me voy a levantar”.

Elvis Crespo estaba bastante pasado de peso en esa época y en el intento de animar al público se tiró a la zona VIP, corrió entre la gente y hasta dijo: “Ánimo, que esto no es un sepelio”… pero no lo logró.  Su regreso al escenario fue de película. Tuvieron que empujarlo por el trasero para que terminara de subir. Para ser honesta, sufrí con esa presentación.

Tampoco recuerdo qué artista siguió a Crespo, pero sí tengo claros todos los detalles de quien cerró el concierto: ¡Carlos Vives!

Cuando ese hombre apareció en el escenario con esos shorts de jean desflecados y con su guitarra al revés a mí se me olvidaron disfonía, nódulos en las cuerdas vocales y cansancio. Grité, salté y saqué tiempo para observar la reacción de la gente.  Lo miraban con ternura, con admiración, no dejaban de cantar a todo pulmón.

Fue una noche increíble y salí orgullosa del Madison porque a ese colombiano bello lo quería todo mundo y porque aunque le apagaron las luces a las 12 de la noche (regla del lugar que todo mundo conocía) la gente siguió cantando y el concierto cerró con un verdadero broche de oro.


Tenemos tremendo artista y lo mejor es que sigue siendo el mismo.  La fama no lo ha cambiado ni un tris o como dirían mis amigos dominicanos: ni un chin.

Por cierto, sigo sin ver en vivo a Gilberto Santa Rosa.

En defensa de nuestra seguridad

Apuntes del Foro Internacional de Seguridad Ciudadana y sus temas centrales: Desarrollo y competitividad en América Latina y el Caribe colombiano.

Panel sobre prevención de la violencia durante el Foro Internacional de Seguridad Ciudadana. Barranquilla, septiembre 26 de 2014

La sociedad civil debe ser proactiva, apropiarse de los proyectos del Estado y defenderlos cuando son buenos. Me gustó este comentario de Francisco Rivas, Director del Observatorio Nacional de Seguridad, Justicia y Legalidad de México, durante el Foro Internacional de Seguridad Ciudadana, en Barranquilla.
El tema era la prevención de la violencia y los factores que pueden ser clave para que las estrategias funcionen.

Rivas piensa que las estrategias diseñadas por el gobierno, que están funcionando, no deben ser cambiadas cuando hay relevo en las instituciones, especialmente porque los resultados de toda política de prevención son de largo plazo y los proyectos deben permanecer para que den sus frutos. Como ejemplo, citó el caso de la política de control poblacional en México que duró varias décadas y se logró pasar de una tasa de 5.5 hijos promedio, a 2 hijos por familia. Recordemos que México es un país de 103 millones de habitantes.

Si la política de prevención está funcionando ¿Por qué quitarla? Ahí es donde explica este experto que es importante  que la sociedad se apropie de la estrategia y la defienda. Igualmente señaló como características básicas de una buena estrategia de prevención de la violencia la relevancia, eficacia, eficiencia y la focalización.

En este tema de políticas de prevención de la violencia, como en toda estrategia encaminada a buscar un cambio en el ser humano es importante la comunicación.  Y a ello se refirió Andrés Villaveces, doctor en epidemiología de la Universidad de Washington y actualmente funcionario del Banco Mundial.

Todas las instituciones deben estar permeadas, debe existir coordinación y comunicación entre ellas para que las políticas funcionen y haya coherencia sobre qué es la prevención en las áreas de salud, educación y transporte, por ejemplo, dijo Villaveces.


El Brigadier General José Segura, Comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla agregó que además de ejecutar la política pública de prevención, las instituciones deben conocer los problemas sociales, sean de salud, educación, aseo o ingresos, porque ello facilitará una mayor comprensión e identificación con la experiencia que vive la comunidad.  Compartió el concepto de largo plazo de las políticas de prevención de la violencia al que se refirió Rivas y dijo que todo lo que se está haciendo con los jóvenes de ahora se verá en el futuro.

Lo importante de estos eventos es que quienes tuvieron la oportunidad de asistir (dirigentes de diferentes sectores, funcionarios, periodistas y la comunidad en general), "cambien el chip" y se decidan a ser parte real de las políticas y programas de prevención de la violencia y multiplicadores de iniciativas que ayuden a mejorar la convivencia... y no simples observadores y críticos.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Dolor que parte el alma

Nada justifica que un niño viva este sufrimiento



Lloré, lloré y lloré.

Sentí que algo se quebró por dentro, porque el dolor de este niño duele!

Acepto los comentarios de tono grosero con el que el pueblo colombiano reclama al presidente de la República de Colombia de turno por lo que pasa en el país.  Ese reclamo para el gobierno, para el Estado, es válido.

Este es el resultado del mal manejo de un país que se ha caracterizado por la injusticia social, la inequidad y el favorecimiento de unos pocos.

Para que ese niño sane, que si lo logra es obra de Dios, pasará mucho tiempo. Tendrá que vivir unas etapas muy duras, que no tendría por qué experimentar el ser humano a esa edad... una edad en la que solo se debe pensar en estudiar y explorar el mundo que le rodea, de manera divertida.

¿Cómo le pedimos a un niño que vive una experiencia como esa, que no crezca con rabia, dolor, odio, amargura y deseos de venganza?

Si por situaciones que comparadas con esta resultan insignificantes, hemos sentido rabia y nos ha costado perdonar para buscar una reconciliación, entendemos que para ese pequeño será fácil llenarse de sentimientos negativos.

Pero no porque ese reclamo sea válido, debemos alimentar el odio y deseo de venganza en la gente.

Quienes tenemos la oportunidad de hacer algo, hagámoslo.  Desde una oración, una palabra de aliento, un abrazo en silencio… hasta la búsqueda de acompañamiento profesional para niños y familias que viven esta tragedia, puede ayudar.

Tenemos que sanarnos y ayudar a que otros sanen o seguiremos viviendo con dolor.

Y no dejemos de reclamarle al Gobierno que haga su trabajo: Que brinde oportunidades de educación, empleo y vivienda de manera DIGNA; que permita que la gente participe en la toma de decisiones, que haya justicia y que no olvide que el servicio a los demás es su deber.


Liderazgo que construye y crea

Juan Carlos Eichholz, tercero de izquierda a derecha, cuando participaba en el panel sobre Gestión Pública en ExpoGestión Caribe 2014

La clave para alcanzar los propósitos de una organización
UN LIDERAZGO QUE CONSTRUYE Y CREA

El mundo de mando y control está llegando a su fin porque ahora la gente quiere participar, opinar, colaborar.

Eso dijo casi al final de su charla el chileno Juan Carlos Einhholz, quien habló sobre Liderazgo transformador en Expo Gestión Caribe 2014, evento organizado por la Cámara de Comercio de Barranquilla y el Centro de Liderazgo y Gestión.

Después de hacer un recorrido por lo que significan la estructura de una organización, su estrategia, el talento y la cultura, llegó al punto clave: El propósito de la entidad, que resaltó, debe ser inspirador para todos los miembros de ella.

En ese propósito debe involucrarse a la gente para que participe en el progreso de las empresas y de las ciudades, porque como expresó, se trata de incluir, no de excluir y de co-construir, no de tomar decisiones.

Al hablar del arte de ejercer liderazgo, señaló tres habilidades que no deben perderse de vista:

1.   Subirse al balcón, para entender qué está pasando en la sociedad, cuáles son las inquietudes de la gente. Puso como ejemplo el del personaje de Mel Gibson en la película What women want (En qué piensan las mujeres), en la que el protagonista puede escuchar los pensamientos de las mujeres y eso lo ayuda a entenderlas.

2.   Contener, para generar cohesión y que la gente trabaje en equipo.

3.   Desafiar, para progresar, sin eludir los problemas.

Juan Carlos Einhholz, hizo un análisis de la actual generación y la describió así:

-          No está dispuesta a que los grados de desigualdad de la sociedad se mantengan.
-          Le gusta socializar, trabajar en grupo y mantenerse en contacto con otros.
-          Se siente altamente empoderada.
-          Es inmediatista e impaciente.

Explicó que esta generación es así debido a los mayores niveles de riqueza (un ejemplo clave es que de 1945 a la fecha, las familias americanas han aumentado su patrimonio 60 veces), a los mayores niveles de educación e indiscutiblemente a la incursión del internet.

El chileno se embolsilló a las mujeres de ExpoCaribe 2014 cuando dijo que está demostrado que la mujer tiene más competencias y una naturaleza más proclive que los hombres y expresó que aunque Chile tiene a una mujer en la presidencia, la participación femenina no es tan destacada en su país como en Colombia. Einhholz dijo: “Las mujeres colombianas están muy compenetradas con la toma de decisiones del país”.


Finalmente, al hacer una comparación entre el Modelo Jerárquico y el Modelo de Redes para liderar, resaltó que es más importante la colaboración que el mando de control, la diversidad que la uniformidad y por supuesto la innovación que la repetición.  Por eso es clave que los líderes de hoy se concentren en ver a su equipo de trabajo como socios que tienen un mismo propósito, no como colaboradores y mucho menos como personas que reciben órdenes.  El jefe de hoy, terminó diciendo, es mucho más abierto a escuchar y a crear.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

… como también perdonamos a quienes nos ofenden

Foto tomada de www.elcolombiano.com en un acto de desagravio en Colombia.

Nancy Leigh De Moss dice en su libro El Perdón: Cómo liberarse de la amargura y el dolor (1), que “somos una generación de gente herida e incapacitada y nuestra amargura latente se convierte en ira, odio y finalmente en venganza y violencia”.  La autora piensa que hay demasiada gente maltratada que no aprendió a curar sus heridas y ahora va por el mundo hiriendo a otros.

Pero la sociedad no se puede dejar arrastrar por esa ola de gente herida que causa daño y debemos aprender a responder a lo que nos pasa de una manera diferente, porque eso será determinante en nuestra formación como ser humano.

Como dice Leigh De Moss:”Mientras creamos que nuestra vida está determinada por las cosas que nos pasan, siempre seremos víctimas”. Y coincide con algunos autores en que el perdón no es una emoción sino una oportunidad, producto de un acto de voluntad, no por sentimiento.

Para el español Mariano Crespo “El perdón es algo que la víctima lleva a cabo.  Sin embargo, ¿no hay que esperar, que al mismo tiempo, determinadas condiciones se cumplan en aquel que nos ha ofendido a fin de que sea perdonado?”. Qué oportuno para Colombia es este comentario de Crespo en su libro El perdón, una investigación filosófica (2).

Crespo aborda el tema en el capítulo titulado Qué no es el perdón. Dice que perdonar no consiste en “cerrar los ojos” ante la ofensa experimentada y aclara que condonación, no es perdón.

Sin duda, no es fácil disponernos para el perdón y menos cuando escuchamos declaraciones de la guerrilla colombiana en las que no muestran ningún respeto por sus víctimas. Eso enrarece el ambiente y debilita a los perdonadores, que somos todos los habitantes de este país.

Pero no podemos ser débiles.  No cuando lo que está en juego es la tranquilidad de toda una nación.  Esta generación debe ser ejemplo para las que vienen y para mí hay una vía: Fortalecernos en la palabra de Dios, que nos muestra siempre un mensaje de reconciliación.

John F. MacArthur dice en su libro Libertad y poder del perdón (3), que “los aspectos prácticos de la vida cristiana están supeditados a la pureza de nuestra doctrina en asuntos tales como la culpa, el perdón y la reconciliación”. Y hace una reflexión sobre la importancia del perdón para resolver los problemas más complicados de nuestras vidas, cuando asegura que si aprendiéramos a sentir más repugnancia por nuestro propio pecado, que molestos por las ofensas de otros hacia nosotros, ya habríamos avanzado bastante en el camino hacia la salud espiritual.

De todos modos queda pendiente un aspecto vital y es que Dios también se preocupa por la justicia.  Entonces dirán algunos: Si perdono, ¿dónde queda la justicia?  Pregunta complicada.  No, más bien, respuesta complicada. Sin embargo, y solo a manera de reflexión: Con el perdón liberamos al victimario y a nosotros mismos, de resentimiento. Perdonemos.  Y dejemos que la Justicia sea la encargada de una reparación de daños.

1.   Nancy Leigh DeMoss. “El perdón: Cómo liberarse de la amargura y el dolor”. Editorial Portavoz. Grand Rapids, Michigan. 2006
2.    Mariano Crespo. “El perdón: una investigación filosófica”. Ediciones Encuentro. Madrid, 2004

3.    John MacArthur Jr. “Libertad y poder del perdón”, Editorial Portavoz. Grand Rapids, Michigan. 1999

sábado, 13 de septiembre de 2014

Sin participación real no hay democracia y sin democracia no hay paz



Una sociedad es democrática en la medida en que sus integrantes pueden participar en la definición de políticas públicas. Y eso es real si se cumple, si no, es sencillamente apariencia.

Podemos elegir presidente, gobernantes y a miembros del Congreso, pero de qué vale si quienes supuestamente nos representan allí realmente llegaron para defender los intereses de unos pocos? Empresas privadas, por ejemplo.

¿De qué vale hablar de democracia si el pueblo realmente no es tenido en cuenta para tomar decisiones fundamentales?

Me molesta cuando uno cuestiona sobre este tema y algunos saltan a decir que hay muchas maneras de demostrar que este país es realmente democrático.  ¿Es democrático porque las empresas del Estado organizan rendiciones de cuentas, porque tienen en sus portales en internet una pestaña de sugerencias o porque cuando falta poco para aprobar una iniciativa publican un documento tipo mamotreto*, que nadie lee?

Eso no es participación, eso es un engaño, así de sencillo.

Lo normal en esta democracia es: Se sientan unos pocos (gobernantes, asesores, consultores, asistentes) y definen qué quieren hacer, por ejemplo, con el transporte público.  Construyen un documento base, lo discuten entre ellos una y otra vez y contratan a un experto que lo plasma en términos tan técnicos, que a veces resulta difícil digerir.

Luego, cuando ya se ha negociado con todo el que es clave para que la iniciativa tenga respaldo, se lo dan a conocer a los beneficiados, que tirando brazadas intentan llegar a la orilla para ser tenidos en cuenta en la decisión final.
Por eso, cuando en varias oportunidades el gobierno ha querido que la gente participe desde el principio en la construcción de algunas políticas, la gente ni siquiera presta atención, porque no cree que esa participación sea real o sirva de algo.

Hay excepciones y recuerdo una de varias, de hace pocos años, cuando defendiendo la inclusión de las personas sordas e hipoacúsicas se reglamentó el Lenguaje de Señas colombiano y el subtitulado en la televisión colombiana.

Se realizaron mesas de trabajo y todas las partes expusieron sus puntos de vista: Gobierno nacional, asociaciones de sordos, representantes de canales de televisión públicos y privados y comunidad en general. Algunos se quejaron al final por los resultados, pero no participaron en las convocatorias, así que ya les tocaba aceptar la decisión que otros tomaron.

Y por cierto, no todos los canales de televisión cumplen con la norma de incluir el Lenguaje de Señas colombiano en su programación. Y eso quiere decir, que no les importan las decisiones democráticas.

Por eso es importante mantenerse alerta sobre cada paso de nuestros gobernantes y funcionarios públicos.  Y no para joder**, sino para defender nuestro derecho a participar en la construcción del país que queremos, un país en el que la gente tenga una vida digna, con acceso a educación, empleo, salud y vivienda… una sociedad en paz.

Y aunque empecé muy quejosa, termino regañona. No nos quejemos de lo que tenemos si no nos interesamos en participar. No se vale quedarse sentado esperando a que nos den todo mascado o permitir que otros sigan decidiendo por nosotros.

Por cierto, alguna vez han visitado http://www.urnadecristal.gov.co/?  Les dejo la inquietud, porque esa una forma de participación. Habría que averiguar qué tan buena es esa estrategia (que es virtual y no toda la población tiene acceso a internet) y qué tanto podemos confiar en ella, porque me duele decirlo, pero me cuesta creer en las estadísticas de este país.

*Mamotreto (uso coloquial): Se llama así a un documento, libro o legajo  abultado, difícil de leer.

**Joder: No es ni la primera acepción que aparece en los diccionarios, ni es una ciudad de Nebraska.  En este caso es “molestar”

jueves, 11 de septiembre de 2014

Ni promoción de la salud, ni prevención de la enfermedad

Esta es la página sobre salud pública del Ministerio de Salud y Protección Social: http://www.minsalud.gov.co/salud/publica/Paginas/salud-publica.aspx

"Entregamos toda nuestra alma, vida y corazón para llenar tu vida de felicidad y amor, porque queremos ver en tu sonrisa el milagro de la vida y la dicha de sentirla”

Ese párrafo poético y mentiroso describe, en el sitio oficial en internet, los “servicios” que presta la Entidad Promotora de Salud, EPS, Barrios Unidos de Quibdó.

Y esto que viene a continuación es uno de los objetivos del “portafolio” de los servicios de Oncología de la Clínica General del Norte de Barranquilla:
“Prestar atención integral* en el tratamiento del cáncer a pacientes de todos los niveles socioeconómicos”.

Ni se entregan con vocación para salvar la vida de la gente ni prestan atención integral. Solo son palabras impresas en afiches o plasmadas en la web, pero todo es sencillamente FALSO!

Los negocios de salud, porque eso es lo que son, tienen muy claro su propósito: Obtener utilidades y muchas. Y es lógico, porque los particulares no tienen por qué trabajar por amor al arte.  Esos son servicios que debía estar prestando con eficiencia el Estado.

Y a qué viene todo este señalamiento?

¿Cómo es posible que, Liliana Duarte Bujato, una joven mujer diagnosticada con cáncer de tiroides y operada en diciembre de 2013 tenga que esperar tres meses para que le hagan un barrido (exámen para confirmar si hay células cancerígenas) y después de eso tenga que iniciar un largo recorrido para que le hagan el tratamiento con yodo que puede erradicar del todo la enfermedad?

Cinco meses después del barrido todavía está buscando una IPS que le haga la terapia con yodo radioactivo. Primero fue a la Clínica Bonadona y le dijeron que no había yodo. Luego le hacen la orden para la Clínica General del Norte y allí le toman los datos y le dicen alegremente: “Llame en enero a ver si se le puede hacer el tratamiento”.  ¡Enero! Enero de 2015, trece meses después de su operación.

El de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente y su pronóstico es muy bueno.  Si durante la intervención quirúrgica, por temor a causar daños en el nervio o a la paratiroides, no erradican todas las células tiroideas, se pueden destruir con ablación, como se le conoce a  terapia en la que se administra yodo por primera vez.

Está comprobado que el tratamiento es altamente favorable, pues reduce la posibilidad de reaparición de células malignas y de muerte, pero solo si se hace a tiempo.

Una abogada amiga de Liliana instauró una acción de tutela, el mecanismo de protección de los derechos constitucionales fundamentales de los habitantes del territorio colombiano, que da vergüenza tenga que usarse para salvar vidas.

Es increíble y el colmo que en Colombia haya que recordarle a las empresas de salud, a los hospitales, y al propio gobierno que tenemos derechos y que la dignidad de la gente no debe ser pisoteada.



Nota: Angustiada por Liliana, a quien no conozco personalmente, pero basta con que sea una persona que necesita un servicio, escribí unos tuiters al Ministerio de Salud.  A los pocos minutos me respondió la Superintendencia de Salud, entregué la información que solicitaron y dijeron que entregarán los datos a la Delegada de Protección. Estamos confiando en una pronta respuesta: Que le hagan la terapia.

 *Atención integral. Documento de la Universidad de Antioquia. http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/bibliotecaSedesDependencias/unidadesAcademicas/FacultadMedicina/Departamentos/ObstetriciaGinecologia/diseno/documentos/Guia01.pdf

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mi 9/11

Una esquina memorable en Manhattan, New York.

Llegué a casa un poco cansada. Eran las 10 de la noche y me di cuenta que tenía mensajes en la contestadora automática.  Eran amigos saludando, programando desde temprano el fin de semana que venía y de pronto escuché la voz de la secretaria de mi abogado: “Mabel, Robert  que lo disculpes, pero no podrá atenderte mañana porque no recordaba que tenía una cita en la Corte”.

Le había avisado a Sam, mi jefe en Unisource Logistics, que me ausentaría al día siguiente porque tenía esa cita con mi abogado en Manhattan y luego iría a ver a mi hermano Gerardo, quien estaba hospedado en un hotel diagonal al Madison Square Garden,  a la espera de una velada de boxeo.

Los planes cambiaron y pensé en dos opciones: Salir bien temprano para Manhattan y pasarme todo el día con mi hermano o ir a trabajar medio día por lo menos.  Que la almohada decida, fue mi último pensamiento de esa noche.

Desperté bien temprano y decidí ir a trabajar, pensando en que el entrenamiento del boxeador terminaba como a las 10 am. Además, quien me iba a suplir en la oficina estaba un poco nervioso porque era un día pesado.

Vivía en Westbury, Long Island en New York, me desplazaba en bus hasta Hicksville y allí esperaba mi conexión para ir hasta Jericho donde quedaba la oficina. Sentí el ambiente pesado y hasta me pareció que la gente estaba triste, pero pensé que eran ideas mías.  Mi conexión de bus tardó un poco, cosa muy extraña, y llegué 10 minutos más tarde de lo usual.

Ninguno se extrañó al verme ahí. Ni siquiera el chico que me iba a cubrir expresó tranquilidad al verme.  De pronto Alan, un compañero filipino me dijo: ¡Qué terrible lo que ha pasado!

No pregunté nada y caminé hacia el fondo de la oficina en donde varios escuchaban radio. Me puse nerviosa, pues creí haber entendido que un avión se había estrellado en World Trade Center en New York. Y digo creí, porque entre las voces de mis compañeros y la rapidez con la que hablaba el periodista, yo no estaba segura de lo que escuchaba.

Le dije a Alan: ¿Entendí bien? ¿Se estrelló un avión en Manhattan?  Me dijo: Sí.
Casi sin pedir permiso cambié a una emisora hispana y cuando confirmé la información, corrí a llamar por teléfono a Gerardo. Los minutos más eternos de mi vida.  No contestaban en su habitación ni en recepción. Mientras intentaba comunicarme una y otra vez escuchaba que no era un avión, que eran dos, que no era accidente, que hablaban de un ataque… pero de quién? El nerviosismo crecía.

No recuerdo a qué hora logré comunicarme con Gerardo. Me dijo que no contestaba porque se había ido para la habitación del boxeador y alcanzaron a ver en vivo por televisión cuando se estrelló el segundo avión. Le dije: “Me voy a medio día para allá”.

En ese momento no reflexioné sobre la magnitud de lo ocurrido, pero las horas siguientes me aterrizaron en la realidad: Manhattan quedó incomunicada con el resto del Estado de New York y con New Jersey. No entraría nadie a esa zona hasta nueva orden.

En la tarde de regreso a casa, ya yo era parte de ese ambiente extraño que había percibido en la mañana camino al trabajo. Oré por quienes perdieron sus vidas, por sus familias, por quienes trabajaban en el rescate y le di gracias a Dios por mi hermano y por mí: La oficina de Robert, mi abogado, quedaba en el 232 Broadway de New York, a solo cuatro cuadras del World Trade Center.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Alfabetización y desarrollo sostenible

8 de septiembre, Día Internacional de la Alfabetización.

Cuando se habla de alfabetización inmediatamente se piensa en la habilidad para leer y escribir.  Sin embargo, para  Garton y Pratt (1)  también debe tenerse en cuenta la fluidez para expresarse oralmente y definen alfabetización como el dominio del lenguaje hablado, la lectura y la escritura.

El lenguaje oral es efímero, es usado más de manera social y se aprende de forma natural, aunque siempre es necesaria la presencia de un adulto que oriente.  Mientras tanto el lenguaje escrito perdura, es identificado como más formal y prácticamente exige la vinculación de una institución académica.

El 8 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Alfabetización, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO – con el tema “Alfabetización para el desarrollo sostenible”.

En el Informe Brundlandt (2) respaldado por las Naciones Unidas, definen desarrollo sostenible como el que garantiza las necesidades del presente sin comprometer los recursos y posibilidades de generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

Para la UNESCO la alfabetización es un elemento fundamental para promover el desarrollo sostenible, porque dota a las personas de autonomía para tomar decisiones correctas en diferentes aspectos de su vida diaria como crecimiento económico, desarrollo social y relación con el medio ambiente.

Aprender a leer, escribir y a expresarse bien oralmente es la base para lograr sociedades prósperas, sostenibles, que convivan en paz. Por eso es clave que los gobiernos de todas las naciones le den prioridad al acceso a la educación de toda la población.

Lejos de utilizar las campañas de erradicación del analfabetismo para destacar gestiones de gobernantes y funcionarios públicos, el acceso a la educación debe ser una política permanente de los gobiernos comprometidos con el desarrollo de la sociedad… una sociedad preparada para participar en la toma de decisiones.

Por todo lo anterior, no es suficiente que la gente deje de ser analfabeta para que lea etiquetas de productos, avisos publicitarios, propaganda política, documentos sencillos o para que firme. Por dignidad, justicia, equidad, los habitantes de una nación tienen derecho a recibir una educación que les brinde herramientas para discernir sobre sus vidas, tomar decisiones y ser capaces de construir su propio futuro… no que otros lo hagan por ellos.


1.    Alison Garton y Chris Pratt. “Aprendizaje y proceso de alfabetización. El desarrollo del lenguaje hablado y escrito”. Ediciones Paidós.  España. 1989

2.    Informe Brundlandt.  Así se conoce al documento “Nuestro futuro común”, elaborado en 1982 por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas. Ver aspectos generales en scribd.com  http://es.scribd.com/doc/2553283/INFORME-BRUNDTLAND, buenastareas.com http://www.buenastareas.com/ensayos/Comision-Brundtland/160731.html

jueves, 4 de septiembre de 2014

Periodismo de datos: Una nube clara


El periodismo comprometido es ese que aparece en lugares y situaciones donde hay algo que contar, pero no muchos le “meten el diente”. Y no siempre es por temores, como podría pensar mucha gente, sino porque demanda mayor tiempo y esfuerzo que la reportería diaria de noticias.  Es un periodismo que va más allá de lo que la fuente quiere mostrar o de lo que el ojo común puede observar.

Ese compromiso prácticamente obliga a una alianza con el, ya famoso, periodismo de datos.  Pero y qué es el periodismo de datos? Para entenderlo primero hay que hablar de Big Data.

El almacenamiento digital de información supera el almacenamiento analógico y de acuerdo con un informe sobre Universo Digital de International Data Corporation, IDC, cada dos años se duplica esa capacidad. Hace poco hablábamos de Gygabytes, Megabytes, Terabytes y ahora hablamos de Zettabytes y Yottabytes. Para profundizar sobre el tema puede consultarse el Informe UNIR sobre big data y periodismo de datos (1).

En internet encontramos abundante información: Libros, estadísticas gubernamentales, informes empresariales, investigaciones, cartografías, transmisiones de eventos en directo, videos, entre otros.  Toda esa información en la nube, como se conoce ahora, es lo que se llama Big Data.

El periodista español Mario Tascón dice que los datos nos dan información que constituyen un mensaje, que cambia el estado de conocimiento del público.  El periodismo de datos lo que hace es aprovechar el Big Data, analizar la información y contar las historias visualizadas a través de diferentes herramientas (cartografías, diagramas, mapas).

La mayoría de la gente asocia datos con cifras y si bien tienen razón, para el caso del periodismo de datos, va más allá de los números, tal como puede leerse en The Data Journalism Handbook, el Manual de Periodismo de Datos (2) que publica en su web el diario La Nación de Argentina y al que vale la pena dedicarle un buen rato.

El público necesita información seria, veraz, pertinente y sobre todo clara. Y para eso llegó el periodismo de datos, para bajarla de la nube.

Afiche diseñado por la infografista Lulu Pinney, publicado en The Data Journalism Handbook



1.       Informe de la Universidad Internacional de La Rioja -UNIR- sobre big data y periodismo de datos    http://es.slideshare.net/jorcoms21/informe-unir-bigdatayperiodismodedatos

2.       Manual de Periodismo de Datos: http://interactivos.lanacion.com.ar/manual-data/

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Desahogo popular



-       “En este país no avanzamos porque no se piensa de verdad en el pueblo.
-        Lo que pasa es que en Barranquilla, primero son los intereses de los ricos.
-        Que va, eso es en todo el país, que además está atrasado y ni a la tercera edad le dan el puesto que se merece.
-        Y ni qué hablar de los corruptos. Aquí estamos bien jodíos”.

Ese era el diálogo en una fila de más de veinte personas en un banco. La gente hablaba con vehemencia.  Yo solo escuchaba, hasta que algunos, muy molestos, lanzaron improperios contra los gobernantes de turno y comenté que no era necesario opinar con insultos.  Un señor me dijo: “Es que ya estamos tan aburridos, que uno termina faltando el respeto, pero tiene razón, ni siquiera merecen que uno se salga de casillas”.

Hablaron de quienes roban para enriquecerse, de quienes abusan de sus trabajadores, de los gobernantes que no tienen criterio y actúan de acuerdo a lo que les dice su jefe político, de los contratistas que utilizan materiales de mala calidad, de los malos servicios públicos, de las calles en mal estado, de la inseguridad, de los feminicidios … todo, como unos expertos en cada tema. Cada uno sentía que lo que decía era lo correcto y era verdad.

En esas conversaciones comprueba uno la importancia de unos medios de comunicación masivos serios, coherentes, que de verdad cumplan con su labor de informar y ayudar a formar opinión.  Todas las personas que hicieron algún comentario mencionaron un periódico, un noticiero de televisión, un programa de investigación o a un reconocido periodista.  No pusieron en duda la veracidad de la información. Solo hablaron de un “vendido” con los políticos de turno. 

La fila avanzó y cuando ya me tocó el turno y estaba frente al cajero, quedé al lado de un cliente joven y le dije que a veces señalamos y criticamos con mucha energía, pero a la hora de tomar decisiones volvíamos a elegir a los mismos de quienes nos quejábamos.  El chico asintió y de pronto se volteó y gritó a quienes estaban en la fila: “Le cae la madre al que vote otra vez por un corrupto”. “No iremos a votá” grito un señor bastante mayor.  Solo se escuchaban carcajadas cuando salí del banco.