sábado, 30 de agosto de 2014

Los del "mandao"

Foto tomada del portal LaGuajiraHoy.com
Como a “hijos de menos mae”, hasta que nos necesitan “pa´hacé un mandao”.  Así comenté en un tuit sobre la columna publicada por el periodista cordobés Antonio Sánchez Jr, que tituló: “El peor fenómeno de violencia que nos golpea y humilla es el centralismo” *

Toño hizo la tarea completa y es bastante detallista en su columna, en la que expone varios casos con los que ilustra su señalamiento y luego le manda un coletazo a Barranquilla, por cierto, por el centralismo en el Caribe. Después hablamos de eso.

En este momento vivimos el problema de la tal sequía en La Guajira, una tierra olvidada por el gobierno central, a la que le han prometido de todo para proveerla de agua, pero no le cumplen. Entonces, en estos días en los que el abandono es evidente todo mundo mira para allá: Reuniones con altos funcionarios del gobierno, campañas para llevar agua a La Guajira y al Caribe en general, investigaciones de grandes equipos periodísticos y columnas de opinión.  Vamos a ver cuánto dura esta ola de indignación.

A diario recibo correos electrónicos de la oficina de comunicaciones de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres –UNGRD- actualizando sobre todo lo que están haciendo para atender la emergencia por estos lares.  El titular del comunicado de hoy suena a acto de contrición: “No se bajará la guardia en La Guajira” y en su primer párrafo dice que la Unidad “no bajará la guardia en la operación de atención humanitaria que realiza por el desabastecimiento que trajo consigo la temporada seca”. Si es por el desabastecimiento, La Guajira ha vivido en temporada seca por años de años.

Este es el más claro ejemplo de lo que Toño expresa en su columna cuando, palabras más, palabras menos, dice que nos dejan morir de a poquito y cuando la muerte es inminente nos vienen a resucitar. Hasta pena debe dar que tengan que aparecer con carrotanques de agua, mercados para las familias afectadas y alimentos para los animales, cuando todo eso se pudo evitar si la atención a esa comunidad hubiera sido la misma que le dan a otras zonas del país.  O es que ¿es esa la idea? Tener razones para armar todo un show mediático, sobresalir y que el resto del mundo se coma el cuento de que la tarea se está haciendo bien?

Y ahora viene el agüita sucia: En La Guajira se reparten los recursos del Estado. Sí, pero con el permiso de funcionarios que se hacen los de la vista gorda.  A mí que no me vengan con el cuento que no saben cómo es que es “la vuelta”.

Ya, ya está bueno. Parecemos la puerta trasera de la casa, que solo la miran cuando organizan fiestas.


jueves, 28 de agosto de 2014

Cuenta de cobro a "periodistas"

Tenemos serios problemas con los periodistas que cobran por publicar información en los medios de comunicación.

Cuando fui Jefe de Programación y Emisión de Telecaribe (Canal Regional de Televisión del Caribe, en Colombia) recibí una llamada telefónica en la que aseguraban que uno de los periodistas cobraba por hacer entrevistas.
Decidí aprovechar que la persona señalada llegó a mi oficina, le comenté lo ocurrido y le informé que al televidente que llamó, le facilité los datos de las agremiaciones periodísticas, porque era un caso serio y debía presentar pruebas de su señalamiento. Con la tranquilidad más grande del mundo me respondió así: “Yo no soy periodista y no pertenezco a ninguna agremiación, así que nada tienen que criticarme.  De paso te aclaro lo siguiente: Yo no cobro por las entrevistas, Telecaribe no me apoya en nada, pero yo tengo gastos de producción y debo buscar la manera de cubrirlos.  A mis entrevistados les explico que es un aporte para cubrir los servicios de producción”.

Así, claro y directo.  ¿Que si me sorprendí? Con la llamada no, ni con la persona que señalaban, pero con la descarada respuesta, sí.

Y nos vamos al tema de siempre.  El periodismo perdió jurisdicción desde que dejó de ser una profesión y se le reconoce como oficio.  Así lo asegura el Ingeniero en Informática y docente de la Universidad Tecnológica de Bolívar en Cartagena, Colombia, Miguel Garcés, quien desde 2009 participa en una investigación sobre cultura periodística en Colombia.
Periodistas de la Región Caribe colombiana durante el IX Seminario de Actualización Periodística en la Universidad Tecnológica de Bolívar en Cartagena, Colombia
En qué se traduce esa pérdida, que se la debemos a la Constitución Política del 91? En que el periodismo puede ser ejercido por cualquier persona sin importar que no se haya preparado para ello en una institución educativa. La mayoría de la gente piensa que para ser periodista en radio y televisión, especialmente, solo hay que hablar mucho y “defenderse” en la redacción.

Y cuando uno recibe respuestas como la que menciono, queda claro entonces que esa es una persona que no ha entendido lo que es ser periodista y su propósito en la sociedad.  Mejor dicho: No es periodista.  El problema es que hace daño a quienes sí asumen su rol de manera profesional.

Quien ejerce el periodismo debe ser ante todo una persona íntegra.  Si ese es el punto de partida, lo demás, se construye sobre una base sólida.  El ejercicio del periodismo es una vocación, no es un simple trabajo.  El periodista es sensible, pero no al dinero, sino a cualquier amenaza contra la democracia, la libertad, la justicia, la legalidad, el bien común, el respeto, la honestidad.

Que debemos ser bien remunerados. Sí, definitivamente, sí. Porque quién ha dicho que por ejercer una profesión por vocación debemos regalar nuestro trabajo?  Pero no porque seamos mal remunerados debemos mercantilizar la profesión y mucho menos vender la conciencia a los políticos de turno (ese es otro tema) para ganar unos cuantos pesos… que parece que no pesan en la conciencia de muchos.

Si permitimos que esto siga ocurriendo, ya no circularán las tarifas para comercializar productos, sino una lista de precios por entrevistas o publicaciones sobre personas.

El problema es de doble vía: Quien cobra y quien paga. Ni siquiera por presiones se justifica que un funcionario o un empresario pague a un “periodista” para que le publique información.

Debemos pasar factura a quienes nos están robando el honor.


Nota: Hablé con dos personas que pagaron por ser entrevistados, lo confirmaron, pero dijeron que no harían la denuncia.

jueves, 14 de agosto de 2014

Próxima parada: Concertación


Los ciudadanos del noroccidente de Soledad, Atlántico, están preocupados por la reestructuración de rutas del transporte público colectivo anunciada por el Área Metropolitana de Barranquilla (AMB) y decidieron acudir al Concejo de su municipio para buscar una salida a lo que anticipan se convertirá en un serio problema.

Unas rutas serían eliminadas y otras modificadas (un total de 25 rutas) dentro de un plan de cuatro fases, atendiendo la recomendación de un estudio técnico contratado por AMB, realizado por la Unión Temporal GSD-Moviconsult y entregado a mediados de este año.

Funcionarios del AMB empezaron a socializar la reestructuración de rutas entre líderes del municipio de Soledad, pero la gente no está contenta con los cambios propuestos porque no responden a las necesidades reales de movilización de los habitantes de las zonas inicialmente afectadas.

De acuerdo con la comunicación radicada en el Concejo de Soledad por parte del Comité de Trabajo líderes comunitarios del noroccidente de Soledad, la gente ahora tendrá que caminar entre 300 y 500 metros hasta la parada del bus, pero para llegar allí se corren algunos riesgos por la inseguridad en el área y temen por su integridad. Muestran preocupación especial por las personas en situación de discapacidad.
Preparación para el cambio

Hace pocos días escuché en radio que un oyente se quejaba de los cambios propuestos por AMB porque solo favorecían al sistema masivo, Transmetro, no a la ciudadanía, y decía: “A mí no me gustan esos cambios porque esos buses no paran donde uno necesita sino donde ellos quieren”.  La verdad es que este es el más claro ejemplo de que estamos en pañales en materia de organización y cultura ciudadana.

Cuando uno va a otros países en los que el transporte público funciona como relojito y de manera organizada, añora que en Barranquilla ocurra lo mismo. El problema es que no se trata solo de número de buses, rutas y horarios.  El orden va mucho más allá y tiene que ver con una planificación integral y cultura.

Miremos primero el tema de las vías.  Tenemos pocas vías alternas de acuerdo con la alta circulación de vehículos. Las vías de acceso en muchas zonas no están en buen estado y si lo están, el área no es segura, especialmente en horas de la madrugada y en las noches. Y aquí ya entramos al otro tema: La inseguridad. Por qué zona de la ciudad podemos salir a caminar con tranquilidad, a cualquier hora, a buscar un bus de transporte público?  Conocemos la respuesta.

La inseguridad, que siempre se quiere combatir con más policías, tiene su origen en algo más complejo: Falta de educación y de empleo estable. No hay justificación para hacerle daño a otro, pero la delincuencia común encuentra en su “oficio” la salida más fácil para sobrevivir.

Finalmente está el tema de cultura ciudadana. No hemos logrado, en esta ciudad, que la gente entienda lo que significa el orden, el respeto por el otro y el cuidado de lo público. Recuerdo cuando se instalaron paradas de buses en toda la ciudad.  En la Calle Murillo con Cra 45 se armaban unos trancones interminables porque los usuarios del transporte público caminaban por la intersección para abordar los buses.  Entonces colocaron unas vallas que impedían que cruzaran desde la  esquina.  No sirvió para nada, el desorden continuó y las paradas de buses se convirtieron en camas de indigentes.

Y muchos se preguntarán: ¿Y entonces qué hacemos? ¿Nos quedamos en el “retraso”? No, pero mientras no se den las condiciones para ello, algunos intentos de cambios no solo serán infructuosos, sino que se convertirán en un problema mayor.

Por todo lo anterior entiendo la preocupación de los soledeños, quienes entre otras cosas, hacen una propuesta razonable: Concertar.  En épocas de auge de la comunicación para el cambio social, no se vale tomar decisiones e imponer sin tener en cuenta lo que la gente quiere y necesita.

Ojalá que los funcionarios públicos involucrados en el tema de la reestructuración de rutas de buses de Barranquilla, además de sentarse con los transportadores (que también reclaman ser tenidos en cuenta para estos cambios y están dispuestos a trabajar por el fortalecimiento del sistema masivo de transporte), lo hagan con la ciudadanía que se ve afectada. Seguramente nos evitaremos unos cuantos dolores de cabeza.

lunes, 11 de agosto de 2014

Los de la vista gorda

El mundial de fútbol alcanzó para todo: Para unirnos y para distanciarnos, para celebrar y luego llorar, para inspirarnos en oraciones y luego en maldiciones, para elogiar y para denigrar.

Cada uno sabrá cómo se “comportó” durante la “fiebre mundialista”, que es llamada así de manera acertada (altas temperaturas, delirio e incoherencias).
Muchos se “nacionalizaron” alemanes, holandeses y parece mentira, hasta argentinos, en aras de mostrar su amor incondicional a la Selección Colombia, después de su camino truncado a la final del Mundial de Fútbol, durante un juego que la gran mayoría asegura que fue robado (algunos amigos y familiares cercanos dicen que no fue así y que falta aprender más sobre fútbol).

Los colombianos demostraron que pueden unirse en torno a lo que les interesa y quedó claro que no es precisamente lo más importante para el futuro del país lo que nos une.

La alegría del mundial logró el propósito esperado: Distraer. Y de todo.  En esas semanas las tendencias en redes sociales fueron los partidos del mundial, sus protagonistas y las noticias que se generaron alrededor del gran evento.  A un lado quedaron las controversias políticas, las investigaciones por malos manejos de recursos del Estado, las inversiones desviadas, los funcionarios corruptos, los malos servicios de salud y la pobre educación (ésta última muy culpable de los apasionamientos sin sentido).

Ya no debía sorprenderme la enorme creatividad de nuestra gente para expresar su sentir.  Algunos acertados, con mucha gracia, otros  - para mí – cargados de un “odio” extraño. Muchos trataron de dejar al descubierto que la Federación Internacional de Fútbol Asociado –FIFA- es una “mafia” y que los problemas sociales y políticos de Brasil influyeron en la manipulación de la FIFA en el mundial (partido Colombia-Brasil).

Cómo me gustaría esa creatividad al servicio de otras causas y de paso tropezarnos con una sociedad más alerta y vigilante de lo que ocurre en el país, en torno a la pobreza, el empleo, la educación, la salud, a las poblaciones en conflicto, a los grupos al margen de la ley, a los corruptos, los politiqueros.

Cómo me gustaría sentir que tenemos un corazón inmenso capaz de perdonar, pero perdonar de verdad. Me duele, pero en esos días sentí que si no fuimos capaces de superar lo ocurrido con Colombia en el Mundial, va a ser difícil que nos reconciliemos con quienes alguna vez nos han producido dolor. Y lo digo porque muchos atacaron a quienes quisieron suavizar los comentarios y la burla, agradecieron a Dios por la “dulce venganza” y se recrearon en los contenidos de mal gusto de algunos medios de comunicación, poco serios.

Los famosos “memes” burlones, sarcásticos, dispararon redes sociales y algunos hasta sacaron tiempo para hacer un entierro a Brasil (1); todavía “el gol de Yepes” sigue en la retina de la gente (2) y ha aparecido uno que otro artículo por ahí, con menos acogida, intentando que la gente despierte (3). Otros han profundizado más en el tema (4) y seguro que no serán muy queridos.

Ya volvimos a la realidad de la sequía en la Región Caribe por culpa de un “niño” mal educado, del hambre de muchas poblaciones y de la disputa de políticos por el poder.  Sin embargo, no veo que la gente se esté quejando.  Ahora todo mundo está pendiente de James y su futuro en España (lo que también celebro, pues es un colombiano que se ha esforzado mucho por alcanzar sus metas).  ¿Será que preferimos hacer creer que no nos enteramos de la realidad para no sufrir, somos inconscientes, poco maduros o sencillamente es más fácil tirársela de pendejos? 


sábado, 9 de agosto de 2014

Nativos digitales... y sensibles

En la web circula una caricatura en la que un niño, sentado en las piernas de su abuelo, observa un libro y expresa: “Cómo dices que se llama?”. El abuelo responde: “Libro, chaval, libro”. El niño agrega: “Es como un SMS pero con más palabras”. 

Soy consciente de lo que estamos viviendo y siempre he estado dispuesta a enfrentar los cambios. Es más me incomoda la gente que se resiste a los cambios. 

Me pregunto si de verdad dejaremos de manosear los libros, porque el periódico sigue ahí y siento que por largo tiempo, a pesar de los contenidos virtuales gratis. 

La emoción de desempacar un libro nuevo, de pasar una hoja y otra, de volverlo a leer, de recrear la vista con la ilustración de la portada, de sentir el olor, me encanta.


Recuerdo la llegada de los teléfonos inalámbricos. Todo fue felicidad hasta que un día nos tocó enfrentar la dura realidad de un apagón eléctrico y nos quedamos incomunicados. Y peor aún, cuando desempolvamos el viejo teléfono negro de disco y con alegría pensamos: “aahhhhh, por lo menos nos podemos comunicar”. La alegría duró poco, porque cuando llamamos a reportar el problema a la empresa de energía solo escuchábamos una voz que decía: “Presione 1 si quiere hablar con un asesor comercial, Presione 2 si es un reporte de daños….”. Noooooooooooo, no había tecla para presionar, sino disco para girar. 

Los más pequeños de mi familia ni siquiera conocen aquel teléfono negro de disco, porque hasta los ha arrullado una canción de cuna bajada directamente al teléfono de uno de sus padres. 

Las nuevas tecnologías son increíbles, de eso no hay duda. Acortan distancias, son inmediatas, atractivas, efectivas, participativas, novedosas y nos facilitan la vida. Así como acortan distancias, generan distanciamiento; su inmediatez a veces es peligrosa; la atracción puede resultar obsesiva; la abierta participación puede ser manipulada, lo novedoso puede ser fugaz y eso de que nos facilitan la vida a veces es dañino. 

Hay que buscar el equilibrio, usarlas racionalmente y lograr que el aroma de lo que nos rodea nos genere alegría al cerrar los ojos, que el sonido de lo natural sea música para nuestros oídos. Y lo más importante, que la caricia y el diálogo entre padres e hijos, hermanos, familiares y amigos no se pierda por dejarnos absorber en un mundo virtual que puede llegar a aislarnos.

martes, 5 de agosto de 2014

Sonríele a la vida

La sonrisa es un gesto a través del cual expresamos nuestro estado de ánimo, que ilumina más el rostro que cualquier artículo de maquillaje que podamos utilizar.

Cuando sonreímos, logramos la participación de varios músculos y ese pequeño movimiento en nuestra cara, además de mostrar alegría, agrado, produce algo más importante: bienestar.  Esta comprobado que es posible porque el cerebro libera endorfinas que ayudan a aliviar dolor físico y emocional.

Si algo tan sencillo nos regala tanto bienestar, por qué a algunas personas se les dificulta regalar una sonrisa?  Saludar con una sonrisa genera alegría, confianza, transmite buena energía.

Los invito a hacer el intento de regalar muchas sonrisas cada día y a quienes quieran profundizar en el tema, hasta llegar a la risa, les regalo este enlace para que conozcan a alguien que trabaja seriamente, pero con una sonrisa, en este interesante tópico:
Estoy segura que encontrarán escritos interesantes en la pestaña LY Benefits.
Les regalo una sonrisa al lado de mi madre, a quien ahora nos cuesta mucho hacer sonreir. Cuando lo hace nos alegra el alma.