lunes, 16 de enero de 2017

¡A ESTO SE LO LLEVÓ PINDANGA!

Foto tomada de www.primerahora.com

Cada vez que se disparan los atracos en Barranquilla, volvemos al tema de la conveniencia o no de hablar abiertamente sobre el tema, a través de los medios de comunicación y ahora de las redes sociales.

Es verdad que no nos conviene porque eso ahuyenta inversionistas y visitantes. Pero y entonces ¿qué hacemos? Nos quedamos callados y nos hacemos los de la vista gorda?

No me voy a meter con el tema de las estadísticas, de si es el nivel más alto de atracos de los últimos años o no. Solo quiero referirme a la sensación de inseguridad que experimento como ciudadana, no común, no corriente, porque ninguno lo es.

Anoche debí desplazarme de norte a sur y cuando se acercaba la hora de movilizarme, mi prima Yamile me dijo: “Pilas, ten cuidado, las calles están solas, están atracando en cualquier parte, así que busca las vías más concurridas” y me sugirió una ruta que casi siempre evito.  Le dije: “No me asustes”, pero ya era tarde. Ya estaba asustada.

Sentí el trayecto más largo de lo normal, manejé rápido cuando el semáforo estaba en verde o muy lento cuando estaba en rojo, con tal de evitar parar por completo en una esquina. Cuando estaba en el barrio El Recreo un taxi paró rápido y se bajó un señor, también rápido, y se me quería salir el corazón.
Vi tres motos cuando iba por la calle Murillo.  Todas llevaban parrillero.  Me asusté, intenté no quedar atrapada entre dos carros, miraba por todos los espejos, verifiqué una y otra vez que los seguros de las puertas estuvieran bien, radio apagado para escuchar el mínimo ruido, miré el reloj más de cien veces...  

Decidí atravesar la calle Murillo, lo más cerca a mi casa y cuando me disponía a hacer el cruce, aparecieron unos policías motorizados. Me asusté más.  Qué triste que en vez de tranquilidad, generaran desconfianza.  A las pocas cuadras los vi parando a unos chicos que iban en una moto.

Llamé a mi casa para avisar que estaba cerca, que estuvieran pendiente de mi llegada y de ayudarme con la entrada al garaje.

Apenas entré a la casa le escribí a mi prima, quien me había dicho: “Avisa apenas llegues”.

Esta no es la Barranquilla que quiero. 


Nota para los lectores que no son de Barranquilla:

Un famoso locutor de la radio barranquillera, Marcos Pérez Caicedo, decía la frase “A esto se lo llevó Pindanga”, cuando sentía que algo se estaba saliendo de control.  Asumimos los oyentes que Pindanga no es tres cosas buenas y dice mi hermano Gerardo, que a lo mejor tiene cachos, rabo y bota candela por la boca.

https://es.wikipedia.org
/wiki/Marcos_P%C3%A9rez_Caicedo

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