Las estadísticas no siempre muestran la realidad. Ilustración tomada del buscador de Yahoo. |
A
raíz de la nota sobre la inseguridad en Barranquilla que publiqué ayer en mi blog, un amigo me
escribió lo siguiente:
“Mabel, ¿Por qué no presentas estadísticas?
No es bueno arriesgarse a decir que la ciudad es insegura sin cifras”
Le
respondí:
¿Importan las estadísticas? Es más, ¿Crees en
las estadísticas?
Él
me dijo: “Bueno, no siempre, pero algo de
verdad hay en ellas”
Y
aquí voy con lo que pienso.
A
lo mejor hay algo de verdad en las estadísticas, pero honestamente, creo poco
en ellas. Y no creo en ellas porque no me dé la gana. Es porque
está más que demostrado que se pueden acomodar a favor de o en contra de.
A
la larga lo importante no son las estadísticas sino lo que a raíz de ellas se
haga, las decisiones que se tomen. Las
estadísticas nos pueden mostrar cómo evoluciona un problema social, si
disminuye o empeora y con base en esos datos las autoridades deciden qué van a
hacer para atacar el problema.
Las
autoridades publican estadísticas anuales, semestrales o mensuales de un
problema social (violencia intrafamiliar, feminicidios, asaltos…). Normalmente
comparan un período de tiempo con el del año anterior o años anteriores para
determinar si el problema disminuyó o no.
Confiamos en que la muestra utilizada es real y los numeritos no
mienten, pero hay un problema. Y si las
estadísticas no son reales? Qué pasa si
la disminución del problema no es verdad?
Pero
bueno, vamos a creer. Vamos a pensar que
todo fue hecho con seriedad y responsabilidad.
Que las muestras son representativas y que el análisis es totalmente
cierto. Perfecto. Pero pregunto: ¿Qué le decimos al ciudadano
que mientras revelan el último análisis que muestra disminución de hechos
criminales, es asaltado en una calle concurrida? Al chico que le sacaron el celular de su
bolsillo? A la chica a la que le pusieron un cuchillo en la cintura y la
obligaron a entregar su bolso en silencio mientras se transportaba en un bus
urbano?
Aquí
aparece otro aspecto del tema. ¿Qué pasa con los asaltos y los intentos de
asalto que la gente no reporta? A una amiga le sacaron el celular en un bus de
Transmetro y ella lo que hizo fue llorar y prestar dinero para comprar otro. No
denunció el hecho. Al hijo de mi prima
intentaron quitarle el celular a dos cuadras de su casa. Se defendió y corrió. Tampoco denunció. Cuando a mi sobrina la
atracaron tampoco denunció. Y la gente
no denuncia porque siente que es perder el tiempo pues no van a recuperar lo
perdido y menos la tranquilidad. Bueno,
solo serviría para aportar a las estadísticas.
Y
finalmente, con una sola persona que se asuste y pierda la tranquilidad, con
una sola familia que ya no se quiera sentar en la puerta de su casa por temor a
pasar un mal rato, con una sola persona que pierda la vida al tratar de
defenderse de maleantes, las estadísticas quedan sin piso. Y si no creen que es así, preguntémosle a los
familiares del chico que mataron por el parque del barrio Olaya hace unos meses
si les importa en cuántos puntos con relación al año anterior, disminuyó el
índice de criminalidad en Barranquilla.
Ah
y casi se me queda esto en el tintero: Apuesto que quienes consideran que la ciudad no es tan insegura aún no han
pasado su susto, viven en zonas muy vigiladas, no caminan o sencillamente
tienen guardaespaldas. Aprendamos a
ponernos en los zapatos del otro.
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