Desde Washington, USA
Todos los viajes tienen sus anécdotas y este lo
empezamos con una madrugada innecesaria, porque llegamos temprano al aeropuerto
y nos encontramos con que el personal de Copa Airlines no estaba listo para
atender al público. Llegaron media hora más tarde de lo que ellos mismos
recomiendan que lleguemos los pasajeros cuando el viaje es internacional y hubo
una espera adicional, mientras los computadores estaban listos para la atención. Ahhhh y nos tuvimos que aguantar a una chica malencarada (como si tuviéramos la culpa de su madrugón). Eso de la desatención da para otro post en este blog.
Luego de hacer emigración llegó la inspección del
equipaje de mano y unas cortas preguntas por parte de miembros de la Policía
Nacional. Cuando la joven policía me preguntó si sufría del corazón me imaginé
que vendría una revisión adicional.
Conté unas 15 personas que fueron seleccionadas al azar para una
inspección con rayos X. Para todos fue la primera vez y aunque hubo una que
otra queja, al final llegamos a la conclusión que es la única manera de
detectar si alguien está sirviendo de mula
para sacar droga del país.
Es una situación incómoda, pero es la realidad de
nuestro país y la verdad es que las autoridades no pueden bajar la guardia, así
que nos armamos de paciencia, colaboramos y al final todo estuvo bien.
Y finalmente, la maleta. Por primera vez me tocó la bolita negra, como decimos en
Barranquilla. Cuando recogí la maleta en
el aeropuerto Dulles de Washington no me percaté de ningún inconveniente, hasta
cuando llegamos al hotel. Del orden con
el que empaqué no quedó absolutamente nada: Perfume abierto, ropa interior
manoseada, zapatos mal acomodados, pantalones y blusas mal doblados… todo
literalmente patas pa´arriba.
Aquí desconocía el desastre
que iba a encontrar en mi maleta y esperaba el turno del vehículo que nos
trasladaría del aeropuerto de Washington al hotel.
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Me preocupé pues pensé que se habían perdido algunas
cosas que traje para unos amigos, pero ya pasada la incomodidad y después de revisar
cada centímetro del equipaje me di cuenta que desempacaron todo, pero no se
extravió nada.
Borrador de nata: Ese borrador blanco graaaaande y suave que reemplazó a los antiguos de colores y duros que usan los chicos en las escuelas
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