miércoles, 26 de noviembre de 2014

RADAR 30 años: Creer hace un sueño realidad

El 5 de diciembre el RADAR celebrará su aniversario número 30.  Será en la sede de Combarranquilla Norte

Terminaba segundo semestre de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla, cuando mi hermano Luis Emilio me dijo que quería que le hiciera la segunda en un proyecto radial.
Tenía 19 años y aunque me atemorizó el tipo de información que se manejaría, económica, decidí medírmele a la aventura.

Viví de cerca el inicio. Empresarios radiales no daban un peso por el proyecto.  Muchos se atrevieron a decir que le ponían un mes de vida al noticiero. Luis contaba en casa cada vez que alguien “lo zafaba”, pero estaba convencido de lo que quería hacer e insistía.  Hasta que un día visitó La Voz de la Patria y alguien le creyó: Don “Chichi” Vasallo, uno de los propietarios de la emisora.

Empezamos los domingos. El noticiero se emitía a las 7:00 am (creo que nada más lo escuchábamos en casa y quienes se “tropezaban” por casualidad con el espacio).  Grabábamos esa media hora en el estudio de La Voz de la Patria el sábado en la tarde o noche.

Cierro los ojos y siento el olor de ese estudio y recuerdo cada rincón: Micrófonos, pedestales, cables, consola, carretes de cinta, caseteras.   Era un poco oscuro. Y como si fuera ayer, recuerdo perfectamente lo que leí la primera vez.  Era un titular sobre el aumento del Impuesto al Valor Agregado. Me equivoqué y repetimos el arranque del noticiero.

Dios, qué paciencia la de “Chichi” Vasallo, con el nuevo emprendedor y la inexperta locutora.  Luis ya tenía experiencia en reportería, había trabajado en RCN y lógicamente estaba tranquilo. Yo no.  Para mí era un “parto” cada emisión.

Todo empezó a cambiar cuando incursioné en la reportería, porque por lo menos ya sabía de qué estaba hablando.  El noticiero después empezó a ser diario y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, pues combinaba estudio y trabajo.  La mayoría de los profesores me apoyaron y entendían que en algunas ocasiones me ausentara de clases.  Siempre cumplí con mis responsabilidades académicas. Nunca dejé de entregar un trabajo a tiempo por mi compromiso laboral.

En esos primeros años del RADAR (que se llamaba entonces Informativo Económico de la Costa), Luis Emilio montó la oficina en el mezzanine de un negocio que tenían él y mi hermano Gerardo cerca al mercado público.   Ahí teníamos todo: Grabadoras para hacer entrevistas telefónicas, máquina de escribir, un buen escritorio y aire acondicionado. Ni sombra de computadores. Hacíamos citas y visitábamos a las fuentes con frecuencia.  Ese recorrido por las fuentes lo hice por mucho tiempo en compañía de Mercedes Castilla, también estudiante de Comunicación Social en esa época.  “Patoneábamos” y la sudábamos a diario!

A mucha gente  (colegas especialmente) le llamaba la atención que escribíamos un libreto de cada emisión. Es que solo era media hora para contar todo lo que recopilábamos en la semana y luego a diario. No había espacio para improvisaciones.  Hasta los controles técnicos pasaban trabajo porque estaban acostumbrados a abrir los micrófonos a los locutores y periodistas y hasta se iban a tomar un café. Con el RADAR se tenían que quedar la media hora ahí, porque todo era veloz.

Y como un día nos enfrentamos a la realidad de que a muchos no les gustaba estar en el turno del RADAR, porque no había respiro, Luis Emilio y yo aprendimos a manejar la consola de audio.  De ahí en adelante nos encargamos de la parte técnica y de la lectura de noticias.  Qué tiempos aquellos!

Hoy leía en Twitter una publicación que decía: Las grandes historias de éxito son también grandes historias de lucha y fallas. Y seguramente que muchas fallas ha tenido la existencia del RADAR, que este año cumplió 30 años de estar al aire. Treinta, treinta años! Me gustaría saber qué dicen ahora aquellos que solo le pusieron un mes de vida al noticiero.


Felicitaciones a Luis Emilio, mi hermano mayor, por su tesón. No le han importado las negativas, las “pisadas de manguera” ni la crítica carente de amor.  Su estilo para manejar la información es diferente y su manera de decir las cosas –extremadamente directo - a veces no gusta, pero si de algo pueden estar seguros quienes lo conocen es que es un hombre recto, que ama su trabajo y es el mejor amigo de sus amigos


El Radar se emite de lunes a viernes por Radio Tropical de Barranquilla, 1040 AM y pueden seguir el blog http://radareconomicointernacional.blogspot.com/

domingo, 16 de noviembre de 2014

En Colombia reina la trivialidad

Logo del Concurso Nacional de Belleza de Colombia

Le debemos a la representante de Huila al Reinado Nacional de la Belleza en Cartagena, que los colombianos estemos haciendo un análisis de lo que un evento de esos, significa para un país como este.

Su metida de pata ha hecho que la gente vuelva a cuestionar la “necesidad” de organizar certámenes de belleza que originan un despilfarro de dinero, que en un país con tantas necesidades sociales, da vergüenza mencionar.

Portafolio publicó un artículo sobre lo que se gasta una reina desde su preparación hasta su participación en el reinado en Cartagena (1). Yo no he hecho ninguna investigación, pero me parece que se quedaron cortos en cifras y no creo que haya sido por falta de información, sino porque ya daba hasta pena seguirle contando al país lo que se malgasta.

El periodista Juan Manuel Ruiz (@jmruizmachado) decía en Twitter que no está de acuerdo con que se destinen dineros públicos para ello (2).  Yo diría que ni siquiera dineros de la empresa privada.  Es que si se ponen a analizar, eso no tiene ni pies ni cabeza.

Si una empresa privada decide asignar recursos para apoyar la participación de una joven a un certamen de estos, recibirá publicidad a cambio.  Supongo que en afiches, abanicos, paraguas, backings, tarjetas… no sé, se me ocurre eso… porque para que circule publicidad a través de los medios de comunicación, tienen que pagar aparte y bastante.

Ese es un dinero que bien podrían invertir en proyectos que beneficien comunidades vulnerables: Construcción y sostenimiento de escuelas, puestos de salud, parques, viviendas.  Dios, lo que sea, pero que, tenga un propósito que valga la pena.

Es verdad que cada uno puede hacer con su dinero lo que quiera (especialmente si es producto de su trabajo) y no tiene que estar pensando en si otro necesita o no, ni rindiendo cuentas a nadie. Pero a las empresas privadas sí les cabe un poco de compromiso con la sociedad, porque muchos consumimos lo que producen y pagamos impuestos.

No creo, además, que aportar dinero para afinarle la nariz a una chica, esculpir las caderas y brillarle los dientes sea más importante que darle un bono de fin de año a un grupo de empleados destacados, por ejemplo. Esa es una de las cosas que me vienen a la cabeza.  Además, si hay que hacer tanto retoque, se puede concluir que no es una reina de belleza.

De otro lado, de verdad hay que tener pocas aspiraciones en esta vida como para que lo más importante de una joven sea, coronarse como reina de belleza. Ahora, si lo que quiere es utilizar el paso por ese concurso para abrir puertas y decir “hey, mundo, aquí estoy”, entonces no es nada justo que lo hagan, en parte, con dinero del Estado… o sea, nuestro.

Finalmente, está el tema del significado que tiene el reinado para las jóvenes de hoy. ¿Las chicas que participan en el certamen son el modelo a seguir? ¿Chicas que están expuestas a sacrificios para ser “bellas” y cumplir con un estándar físico social? ¿Jóvenes que para sentirse bien consigo mismas y complacer a otros corren riesgos en un quirófano? O el mensaje es que, es más fácil ser solidario y preocuparse por quienes tienen menos si se es bonito?

No sé, el tema tiene mucha tela por cortar y hay muchos intereses económicos de por medio, pero hay que dar el debate.

 1.    Artículo revista Portafolio: http://m.portafolio.co/portafolio-plus/esto-cuesta-ser-senorita-colombia-2014 
 2.    Twitter del periodista Juan Manuel Ruiz: https://twitter.com/jmruizmachado/status/533619744621199360

lunes, 10 de noviembre de 2014

Barranquilla "embotellada"

Embotellamiento en Olaya Herrera, rumbo al Paseo de Bolívar en Barranquilla.  11:20 am.


La cosa se puso peliaguda con el tráfico en Barranquilla.

No importa la hora o el lugar para donde vayamos, es mejor salir con una hora de anticipación. Los trancones, tapones o como los quieran llamar, son frecuentes y en lugares en los que uno menos se espera.  

Jocosamente muchos dicen que "hay más carro que gente" y es verdad que hay más vehículos ahora, pero a eso hay que sumarle algunos "errores" en la organización del flujo vehicular.

No soy experta en el tema y espero que no me crucifiquen por esto, pero siente uno que hace falta sentido común en quienes tienen la responsabilidad de organizar el tráfico. Solo voy a anotar unos casos, que pienso que provocan los tremendos enredos que observamos a diario:

1. Cruces a la izquierda (permitidos). Un solo ejemplo que ocasiona todo un lío: Carrera 46 con calle 75, en ambas direcciones.

2. Dejar como preferencial una calle con doble vía, que tiene un alto tráfico: Calle 68 entre carreras 46 y 52.  Eso es para "jalarse" los cabellos.

3. No hay cronómetro en el semáforo de la carrera 46 con calle 72, sentido sur norte, lo que dificulta el cálculo del conductor sobre el tiempo que tiene para atravesar la intersección. Consecuencia: Siempre hay vehículos "en cola" en plena intersección, esperando que cambie el semáforo de la carrera 46 con calle 74 y se origina un desorden en la calle 72 entre carreras 45 y 48, en ambos sentidos.

4. Falta de autoridad para acabar con el estacionamiento y funcionamiento de taxis que operan informalmente como colectivos: Carrera 21 con calle 47 y calle Murillo. En la 21 es tal el desorden, en las mañanas especialmente, que los conductores de buses que se movilizan en sentido sur-norte, arman un tercer carril, con el peligro que esto trae. Por el lado de Murillo, las frecuentes paradas del colectivo informal ocasionan retraso permanente, porque recogen y dejan pasajeros en la vía.

Esos son solo cuatro casos que ahora recuerdo fácilmente, pero seguramente que quienes viven en Barranquilla y transitan por otras zonas, tienen muchos casos más.

Trancón en la calle 74 con carrera 43 de Barranquilla. Foto de Luis Emilio Rada.


Adicional al desespero del embollatamiento frecuente, tenemos que aguantar gente grosera, algunos con falta de sentido común, malos conductores y la "desaparición" de oficiales de tránsito, quienes podrían ayudar un poco. No sé cuál es el horario laboral de los reguladores, pero supongo que no hay turnos nocturnos, porque en la hora pico de la noche nunca he visto a uno... y supongo que tampoco hay turno antes de las 7:00 am. 



Si queremos que a esta ciudad sigan llegando inversionistas y turistas, toca ponerse las pilas con el tema del tráfico vehicular. Barranquilla "embotellada" no es nada atractiva. Y la verdad que la calidez de la gente, la bacanería que nos caracteriza y el espíritu alegre, no son suficiente como para que todo el que llegue se vaya de aguante con tremendo desorden!




sábado, 8 de noviembre de 2014

Ya se siente el Carnaval


Cristina Felfle, Reina del Carnaval de Barranquilla 2015

Así vamos, a millón.

No llegamos a la celebración de Navidad y Año Nuevo y ya muchos estamos pensando en el Carnaval de Barranquilla, una de las mejores fiestas del país, que nos deja bien representados a nivel internacional

Pero y bueno, por qué estoy hablando de Carnaval “tan temprano”?

Es que conocí a la reina 2015, Cristina Felfle.  Me agradó la chica.  Además de ser alegre, tiró unos pases que muestran que es buena bailarina (requisito que debe ser in dis pen sa ble para llevar el título de soberana de estas fiestas). Ah, y es muy linda, como su mamá, Maribel Fernández, quien también fue reina y se mantiene tan bien, que parece hermana de Cristina.

Pues bien, al escuchar el tambor, ver el colorido de su vestuario, su sonrisa y la alegría desbordada de la gente que la acompañaba para recibir de parte de la Alcaldía Distrital de Barranquilla, el decreto que la nombra oficialmente como reina, hasta llegué a sentir el olor de la maicena.

Ojalá que el Carnaval 2015 sea inolvidable, que vengan muchas personas que viven fuera de Barranquilla.  Le conviene a la ciudad y a su gente.

No se pongan a dar vueltas y prepárense para disfrutar sanamente esta tremenda tradición. Hay muchos eventos y no tienen que gastar tanto dinero. No hay necesidad de consumir mucho licor ni maltratar al vecino con música estridente.  También se pueden hacer celebraciones en familia.  Lo importante es que dejemos que el Carnaval de Barranquilla viva en nosotros. Vamos a disfrutarlo!


Cristina Felfle, a su llegada a la Intendencia Fluvial, donde se le entregó el decreto que la nombra Reina del Carnaval 2015

"El mapalé, el mapalé... ", ritmo que bailó este grupo, en el malecón de la Intendencia Fluvia en Barranquilla

La reina con Carla Celia, Directora de Carnaval SA

12:00 M y con tremendo calor en Barranquilla. a cuidar el maquillaje!

Las Flores, grupo de cantaoras formado con el apoyo de la Secretaría Distrital de Cultura de Barranquilla

jueves, 6 de noviembre de 2014

Si la noche de anoche volviera...

... me pondría a llorar. Y no es broma.

Iban a ser las 2:00 pm y nos sorprendió un aguacero que llegó con mala compañía: Un vendaval.

Desde niña, y eso hace bastantico ya, no veía árboles tan inclinados por la fuerte brisa.  Todo pasó rápido. No creo que haya tardado más de 10 minutos, pero se me aceleró el corazón del sustico.

#SeFueLaLú y todos (mamá, mi hermana, mi hermano y yo) corrimos a sentarnos en la sala, cerca a los ventanales para aprovechar el agradable clima que quedó. La alegría duró poco. Dejó de llover y se alborotó el calor poco a poco.

Ya es normal que quedemos sin servicio de energía cuando llueve, por aquello de la vieja infraestructura que no aguanta unas goticas. Nunca corro a llamar para hacer el reporte a la empresa de energía, porque la suspensión del servicio no demora mucho y porque además, tenemos un servicio telefónico que deja de funcionar cuando se va la luz.  Entonces, me relajo y espero.

Ayyy, pero esta espera duró diecinueve horas y media!

Cuando oscureció nos dimos cuenta que la falta de luz no era todo el barrio y que las consecuencias del rápido vendaval no fueron pocas.  Además de cables caídos, algunos viejos y frondosos árboles fueron arrancados de raíz.

Me di cuenta que pasaríamos la noche en penumbra. La oscuridad no era el problema.  El calor sí. Agotamos algunas velas, desconectamos electrodomésticos y empezamos una sesión de anécdotas, que fue bastante graciosa, por cierto.

La única forma de pasar la noche sin tanta angustia por el calor, era dormir cerca a los ventanales de la sala y el comedor. Cuando confirmé  que mi hermano estaba dispuesto a dormir en el sofá, me armé de valor para dormir cerca al ventanal del comedor (es que me aterra que se metan animales… gatos especialmente).  Me dije: “Mi misma, hazte el cargo que estás de camping”. Eran casi las 10:00 pm y mi hermana y mi mamá sí se acostaron en sus camas.

Aprovechando que mi hermano Gerardo había llegado y aún no se iba para su casa, le pedí que me ayudara a inflar un colchón y armé mi “cambuche”. Cubrí el colchón, busqué una de mis almohadas, me lavé los dientes y fui a buscar una pañoleta para envolver una bolsa de gel que mantengo en el congelador. 
Esa es mi salvación cuando hace calor. Una vez escuché que colocar compresas frías en el área del cuello, hace que cambie la temperatura corporal.  Es un truquito que usan los actores cuando tienen que filmar escenas en lugares húmedos y calurosos, como la selva. Les garantizo que funciona.

Pues bien, me acosté y puse mi bolsa de gel en el cuello.  Creo que dormí bien como una hora, pero cuando la bolsa se descongeló empecé a sentir calor y sudé muchísimo. Escuché todo tipo de ruidos: Carros, gatos maullando, salmanquesas cantando (no sé sí andan ensayando para La Voz, pero ya las eliminé  e insisten en cantar), que mi hermana se levantó dos veces, los movimientos de mi hermano en el sofá… en fin, sentí que habían pasado muchísimas horas.  Miré el reloj y ya iban a ser las 4:00 am. Encendí el celular que solo tenía 20% de carga, entré a Twitter y dejé un mensajito en el perfil de la empresa de energía, porque alguien tenía que saber de mi malestar!

Creo que me volví a quedar dormida como a las 5:00 am hasta las 6:15 am cuando mi hermana se despidió. #LlegóLaLú a las 9:40 am.

Pues bien, ahora son las 11:00 pm y apenas voy a reponerme del desgaste por el calor y no haber dormido suficiente.  Por eso, si la noche de anoche volviera… me pongo a llorar!


Nota: Les quedo debiendo la fotico de la noche romántica (velas y penumbra) que vivimos ayer.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Miedo al dolor y falta de fe?

Fotografía tomada de http://bioetica.cat/aproximacion-al-enfermo-terminal/

Lo primero que pensé cuando supe del caso de Brittany Maynard, la chica que decidió terminar con su vida en Oregón fue: ¿Qué haría yo en su lugar? Y supongo que muchos se detuvieron a reflexionar sobre ello.

No sé cuántos de ustedes han estado cerca de alguien que siente dolor y expresa sufrimiento... o no lo expresa, por no incomodar a quienes le rodean (esto último, para mí, es triste en extremo).

Dos casos me marcaron: Mi tía Elba Rada, hermana de mi papá y mi amigo Edgardo Zapata.  Ambos padecieron y murieron de cáncer.

Mi tía Elba, era enfermera y cuando le diagnosticaron cáncer de mama, nos sorprendió su decisión de no hacerse tratamiento inmediatamente.  Ella se aferró a “san Gregorio Hernández”. No hubo una sola persona en la familia que la pudiera convencer de que ese no era el camino, que el camino era Dios y Él guiando a los profesionales de la medicina, quienes podían ayudarla.

Ella dejó que  “san Gregorio” la “operara”. Y no hubo evolución favorable.  Terminó aceptando la quimioterapia, pero ya era muy tarde.  Sin embargo, fue una mujer muy fuerte.  Venía en la mañana de Santa Marta, donde residía, hasta Barranquilla.  Recibía el tratamiento y se regresaba a su casa.  Solo algunas veces se quedaba en mi casa. Siempre sonriente, con ánimo positivo, “mamando gallo”.

Cuando se quedaba en casa compartíamos cama (que era bastante grande y cada una tenía “su propio espacio”), hasta que un día me enteré por mi prima Mago que mi tía sentía mucho dolor y no lo expresaba para no despertarme.  Dios, cuánto dolor me causó saber eso!  Ese día le dije: “Tía, voy a dormir en el cuarto de Rafa para que usted se sienta con libertad de moverse, levantarse, encender la luz, leer… lo que quiera.  Ese es su cuarto”. Por supuesto no quería, pero al final la convencí, haciéndole prometer que si me necesitaba, no dudara en llamarme a la hora que sea.

Mi tía murió muy deteriorada físicamente, acompañada de la familia y sé que sufrió, y no lo dijo, pero sus ojos lo gritaban.

Mi amigo de infancia, casi hermano, Edgardo fue diagnosticado con cáncer de colon. Lo operaron y evolucionó muy bien, al punto que todos sentimos que había ganado la batalla.  Pocos años después el cáncer volvió a aparecer y avanzó rápido.

Para mí Edgardo siempre fue como un niño grande.  Todos lo vacilábamos porque era miedoso con quedarse solo en casa, tanto que si sus hermanos tardaban en aparecer en las noches, los esperaba en la terraza, pero no entraba a la casa.

Pero con su enfermedad fue valiente. No sé si lo hizo, pero nunca le escuché un quejido. Solo pedía dos cosas: Compañía y que no lo dejaran sufrir.

Aún recuerdo las largas jornadas en la clínica, acompañándolo, intentando hacerlo reír. Eran tantos los amigos que llegaban, que en el hospital tuvieron que habilitarnos una sala de visitas especial.

Al final los médicos lo dejaron ir a casa. Me mandó a llamar para que le hiciera un masaje en la espalda.  Recuerdo que no pude usar el vibrador porque lo lastimaba. Lo masajee con las manos (aún tengo en mi mente su expresión de agradecimiento).

Estuvo pocas horas en su casa. Tuvieron que regresarlo al hospital y allí murió, sin dolor, gracias a que la medicina le hacía efecto.

Yo no quiero ver sufrir a un familiar, no quiero ver dolor en su rostro, no quiero saber que quiere gritar y se aguanta.

Siento que es verdad que Dios no nos pone pruebas tan difíciles que no seamos capaces de soportar. Yo misma me sorprendo de algunos dolores físicos que he padecido, que me aterra recordar, y ahí estuve buscando alivio en la oración y en el apretón de mano de un ser querido… seguramente ese nivel de dolor es el que Dios supo que era el que más podía soportar.


No cuestiono a Brittany ni a su familia. No sé si es valiente por elegir morir antes, o cobarde por no querer sufrir. Solo la miro como una chica que también pensó en el dolor de sus seres queridos al ver el deterioro de sus facultades mentales y físicas. Hizo lo que a lo  mejor muchos hubieran querido: Cumplir deseos y despedirse lúcida de sus seres queridos.  Y si se equivocó en su decisión, le rendirá cuentas a Dios.


Nota: Algunos enlaces interesantes:

- La influencia de la vivencia de la fe religiosa...http://www.fonoque.com/caretas/la-influencia-de-la-vivencia-de-la-fe-religiosa-en-los-enfermos-terminales-como-estrategia-de-afrontamiento-ante-la-cercania-de-la-muerte/
- El dolor oncológico: http://tucuidas.laenfermeria.es/archives/556 (leer el final)
- Los cuidados al final de la vida de personas con cáncer: http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/apoyo-recursos/cuidado-paciente-terminal
- Enfermos terminales que tienen fe...http://www.cooperativa.cl/noticias/sociedad/salud/cancer/enfermos-terminales-que-tienen-una-fe-son-mas-proclives-a-recibir-tratamientos/2009-03-18/174409.html