viernes, 6 de febrero de 2015

La vida es una paleta de colores


Encontré esta fotografía en mi archivo, pero no recuerdo el origen.  Gracias al fotógrafo desconocido.  Titulé su obra "Los colores del amor"
Siempre me divierto mucho con el tema de los colores para hombres y mujeres. Para ellos solo existen: blanco, negro, amarillo, azul y rojo.  Lo básico.

Para nosotras las mujeres, la cosa es más “variada”: Lo básico y todas sus combinaciones. Por eso a la hora de preguntar por los colores de preferencia, aparecen: fucsia, burgundi, azul turquesa, amarillo pollito (y pensar que hay pollitos más amarillos que otros), blanco perlado, rosa vieja, blanco hueso y hasta negro noche.  Sobre este último siempre me asalta la curiosidad si alguien se inventará o si ya existe el “negro día”.

Y entonces me pongo a pensar que así como vemos los colores, hombres y mujeres, vemos la vida.

Los hombres son muy prácticos a la hora de tomar decisiones y se dejan influenciar por aspectos que, a la hora de la verdad, son básicos. Si van a comprar un carro, claro que piensan en el color, pero primero revisan si es de buena calidad, si los repuestos no son tan costosos y si está al alcance del presupuesto.  Por supuesto, tienen en cuenta el uso que le darán (si es para uso personal o negocio).

Es posible que hace unas décadas atrás las mujeres, al comprar un vehículo, nos dejáramos llevar por la intuición y el amor a primera vista: “cuando vi ese carro, supe que sería mío”.  Las cosas han cambiado porque producimos dinero a la par del hombre y porque jugamos un rol diferente en la sociedad: liderazgo, ejecutivo y de negocios.  Ahora consideramos más el tema “costo-beneficio” y si resulta práctica la adquisición del vehículo. Sin embargo, el tema del “amor a primera vista” por el objeto a comprar (zapatos, bolso, accesorios…), persiste.

Las mujeres somos indiscutiblemente detallistas y por eso tan románticas, pero a su vez podemos terminar complicándonos más la vida (Y vienen a mi mente esos comentarios jocosos de que somos tan difíciles que si aparece nuestro príncipe azul, entonces se nos ocurre decir que no es el tono de azul que esperábamos).

No quiero ser tan práctica que olvide los detalles, ni tan romántica y “enamorada” que pierda la perspectiva de la realidad. Por eso siempre intento (que conste… intento) buscar el equilibrio para no lamentarlo después. Siento que lo importante es mirar el arco iris de la vida y darle a cada situación el color que se merece sin que nos vayamos al extremo tragicómico o al indiferente. 


Somos seres especiales, hombres y mujeres, y juntos hacemos un buen equipo, logramos una linda paleta de colores.

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