Una amiga publicó en Facebook un video hermoso que me
conmovió tanto, a punto de hacerme llorar, y escribí un texto en el que
expresaba mi sentir.
Mientras secaba mis lágrimas, aparecieron cuatro
notificaciones de publicaciones en mi celular: Una de una amiga a la que quiero
mucho y tres de personas que no conozco.
Como saben, las notificaciones aparecen en orden de
hora, primero las más recientes. Abrí
una y no entendí a qué se refería. Pasó igual con las otras dos. Cuando abrí la
última, de una amiga, casi lloro, pero por otras razones distintas a la de
haberme conmovido por el video.
Resulta que el texto que escribí lo hice desde mi
celular, acostada en la cama, sin gafas (uso para leer y escribir) y salió
publicado en el perfil y el post equivocado!
Corrí a ver qué era lo que había hecho!
Pues por esas casualidades de la vida, el texto que
escribí en el perfil equivocado, se ajustaba perfecto al momento difícil que
vivía esta otra amiga. Pufff! Respiré profundo y tranquila, pero me sentí
incómoda, pues no era para ella. Las notificaciones de las tres personas desconocidas, se referían a lo que yo había escrito.
Y eso que considero ser muy cuidadosa con estos
dedillos en un teclado y lo que publico en redes sociales. Esta vez no pasó nada malo, pero un día puede
ocurrir, así que hay que mantenerse alerta. Y yo decía: “Eso no me pasa a mí”.
Espero no les pase.
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