Pocas veces le sigo la corriente a la creación de
videos con fotografías en las redes sociales o a mostrar lo “destacado”, cuando
son promovidos por los administradores o propietarios de esas redes.
No critico a quienes lo hacen, pero no me gusta que “me
presionen”. Qué “jartera” por estos días,
tener que aguantar la insistencia de Facebook para que publique lo que, según
ellos, es lo mejor que me ha ocurrido este año.
Ya tuvieron que pedir disculpas por haber publicado en
el perfil de un usuario: “Este fue un año
excelente, gracias por haber formado parte de él”, la foto de su pequeña hija,
quien murió este año.
Como decimos en la Región Caribe: Qué embarrada... y
gigantesca!
Lo que ellos no saben, ni les importa, es que lo mejor
que me ocurrió este año, no fue publicado en su red. Mis mejores momentos no fueron capturados por
ninguna cámara fotográfica o videograbadora. Mis mejores momentos están
grabados en mi corazón y en mi mente. Mis mejores momentos fueron compartidos
con mi gente real, no la "virtual" (Claro, que tengo amigos reales con quienes me reúno en el mundo virtual). Mis mejores momentos, los más
importantes, no son publicables. Así de
sencillo.
¡Vayan
a peiná a la morrocoya!
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